Que sentimos por el cine español ¿admiración o repulsión? Mientras que en el cine americano, por ejemplo, si podemos distinguir ciertas posturas críticas, no todo es blanco o negro, en nuestro cine no hay cabida para este debate. En España lo amamos o lo odiamos y mayoritariamente se odia más que se ama.
Dada la situación actual por la que atraviesa poco ayuda a cambiar este sentimiento. Una década colmada de malas cifras, cambios y reformas que no conducen a nada o no consiguen los resultados esperados y una opinión pública que mantiene una única visión,
nuestro cine es "malo".
Esta es la frase que oímos con mayor frecuencia en cualquier debate sobre la industria cinematográfica española, la escasa calidad y falta de creatividad. ¿Pero es ese en realidad el problema?
Muchas son las opiniones que se han formulado en los últimos meses sobre este tema a raíz de la famosa Ley Sinde -entre ellas
la de mi compañero Juan-, a la cuál hasta se opuso el ex-presidente de la academia Alex de la Iglesia
@AlexdelaIglesia y las subvenciones estatales destinadas a esta industria, muy criticadas por los contribuyentes que muchos califican de desacerbadas y que ostenta cada año resultados más nefastos. En
2007, 15,8 millones de espectadores acudieron a las salas de cine para ver películas españolas recaudando 66,6 millones de euros, las ayudas estatales fueron de 66 millones de euros produciéndose en ese año 172 películas siendo la más vista El Orfanato; En
2010 se refleja de nuevo la crítica situación por la que atraviesa el sector, tan solo 10,5 millones de espectadores acudieron a las salas de cine recaudando 69,7 millones de euros, las ayudas estatales alcanzaron los 89,4 millones de euros y el numero de producciones realizadas se mantuvieron en unas 173 películas, ese año la película más taquillera fue Tres metros sobre el cielo.
¿Qué reflejan estos datos? ¿Un exceso de ayudas o de producciones? Teniendo en cuenta que estas ayudas solo representan el 18% de la financiación total de la industria cinematográfica y que España es uno de los países que destina una menor suma de dinero en dichas subvenciones, mientras que en Francia estas ayudas son siete veces superiores a las españolas y no hablemos de las cifras estadounidenses. Por lo tanto deberíamos replantearnos dichas conclusiones y hablar sin embargo de una
nefasta distribución y empleo de ellas.
Otro de los planteamientos que emplea el sector contrario a este cine, es la carencia de calidad y creatividad y la escasa conexión con el gran público. Planteamiento contradictorio teniendo en cuenta la larga lista de cineastas con un talento indudable y que alagan fuera de nuestras fronteras otorgándoles numerosos premios que lo manifiestan. Entre ellos podemos destacar a Alejandro Amenábar, Fernando Trueba, Iciar Bollaín, Pedro Almodóvar. Y los nuevos cineastas como Jaume Collet-Serra o Francisco Javier Gutiérrez que triunfan es EEUU con thriller de terror o ciencia ficción.
El gran problema del cine español es el público, y la doble personalidad del primero.
Nuestro cine pretende asombrar, conmover, hacernos pensar a la vez que crear acción, entretenimiento, elevados beneficios económicos y esta combinación rara vez se consigue. La primera y por la cual se caracteriza es escasamente rentable, pero necesario para la cultura de un país, para fomentar un pensamiento crítico, películas que "hacen pensar", afín y al cabo el cine es arte y como tal ante todo subjetivo. De todos modos en los últimos años se ha impulsado una nueva oleada de películas con un perfil más comercial como pueden ser, “Tres metros sobre el cielo”, “Ágora”, “Fuga de cerebros” que consiguieron alcanzar el éxito en taquilla debido en gran parte a las
campañas publicitarias y de marketing que se realizaron para darse a conocer a un amplio público, y es ahí donde erradica la gran problemática del cine español y los tan escuchados comentarios como “nuestro cine es malo” “aburrido” “incomprensible”. Cuando muchos de esas personas ni si quiera han visto las películas o el tipo de cine al que hacen referencia.
Como dijo hace unos días Borja Cobeaga en
un artículo en el diario el País: "Muchas veces pienso que la salvación del cine español pasa por una campaña de publicidad diseñada por Don Draper. Sólo si el protagonista de la serie sobre el mundo publicitario Mad Men concibiese un lavado de cara para la cinematografía española habría una posibilidad de que el público dejase de odiarnos" ¿Está viviendo la industria cinematográfica española una revolución, el inicio de una nueva etapa? Y en esta nueva etapa para el cine español
¿lo amaremos o lo odiaremos?
Por último, baile de cifras que ponen de manifiesto la compleja situación del cine español dentro de nuestro país. La FAPAE ha publicado la recaudación de las películas españolas en el extranjero, de 144 millones de euros. Casi 40 millones más que en el interior de nuestras fronteras.